OPINIÓN EXPERTA
Patrick BERDOULET, FISIOTERAPEUTA, BURDEOS (FRANCIA).
El dolor de hombro es algo común: el 20% de la población alega padecer dolor de hombro. Las tendinopatías, la bursitis y las roturas totales o parciales del manguito de los rotadores son un verdadero problema de salud pública.
En términos biomecánicos, el manguito de los rotadores se compone de 4 músculos insertados en la escápula.
La función del manguito consiste en centrar y estabilizar el cabezal del húmero en la cavidad glenoidea. El manguito de los rotadores se contrapone a las fuerzas traslacionales hacia arriba generadas por la porción larga del tríceps, la porción corta del bíceps, el coracobraquial, el deltoides y el pectoral mayor: el equilibrio entre estos dos grupos permite el funcionamiento sin fisuras de articulación glenohumeral.
Asimismo, hay que tener en cuenta el papel dinámico del escapulotorácico, que puede verse afectado por una alteración del manguito, la rigidez acromioclavicular, una contractura o la retracción del pectoral menos asociada a un déficit del trapecio inferior (las llamadas «disquinesias»).
Los inhibidores motores también ocasioan una alteración en el feedforward.
El tratamiento del dolor de hombro exige un exámen clínico preciso en el que se analizan la columna cervical, la movilidad glenohumeral, la postura y los descentramientos, y se realizan pruebas de pinzamiento y pruebas de tendones del escapulotorácico.
¿Son realmente fiables las pruebas tendinosas? ¿Es realmente posible aislar una estructura (especificidad, sensibilidad)? ¿Deberíamos utilizar el proceso de modificación de síntomas, teniendo en cuanto los factores biopsicosociales (Jo Gibson, Jeremy Lewis), o más bien evaluar el simbolismo emocional?
Ante los múltiples enfoques clínicos, las patologías del hombro requieren, en cualquier caso, un tratamiento de rehabilitación: primero, se aplicará un tratamiento manual que irá evolucionando gradualmente hacia un enfoque más global en el se soliciten los músculos del tronco, los estabilizadores de la pelvis y los músculos de las extremidades inferiores.
Esta elección terapéutica nos puede llevar al uso de una herramienta complementaria como el HUBER 360®, que nos permite trabajar el hombro dentro y a través del cuerpo en movimiento sirviéndonos de las cadenas musculares: una cadena cinética eficiente nos brindará la posibilidad de realizar una transferencia energética competente durante el movimiento, evitando el impacto negativo de la transferencia de fuerzas a los segmentos adyacentes (KIBLER).
De acuerdo con las distintas trayectorias en la plataforma y gracias a los sensores, podemos completar el trabajo de recuperación manual al inicio de la movilidad, sobre todo después de la cirugía, integrando las ganancias a nivel de inhibiciones motoras.
De forma gradual, la rehabilitación del paciente se centrará en el fortalecimiento estático del manguito en RE1, RE2 y RE3 por compresión, y luego en el trabajo dinámico asociado a los músculos del tronco y de las extremidades inferiores gracias a las distintas trayectorias de la plataforma con corrección postural y feedback visual del objetivo, mejorando así la interpelación de los músculos axioescapulares.
HUBER 360® interviene en la reprogramación neuromotora mediante el feedforward a través del trabajo de propiocepción con una pelota de Klein, una pelota de equilibrio en la plataforma e inversiones de puntos fijos. En función del retraso, se puede realizar una evaluación numérica de la fuerza de los rotadores y adaptar así el porcentaje de entrenamiento.
En conclusión, HUBER 360® es una potente herramienta complementaria en el enfoque global del hombro que trabaja en las cadenas cinéticas, de modo que ofrece una mayor activación respecto al trabajo analítico del aparato isocinético centrado en medir la fuerza de un grupo muscular (Doctor Portero), en particular, en las actividades por encima de la cabeza.
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